La dermatología por ser una especialidad médica a la vista de todo el mundo es frecuentemente invadida por médicos de otras especialidades e incluso no médicos con supuestas curas milagrosas para diferentes enfermedades. Todos los días aparecen a través de los medios de difusión nacional curas para la caída del cabello, Psoriasis, manchas de la cara, Acné y Vitíligo, pero curiosamente no percibimos la misma difusión para afecciones como la Lepra, Leishmaniasis, micobacterias atípicas y enfermedades de transmisión sexual, entre otras.
Resulta, que las primeras son afecciones en donde no esta comprometida la vida y solo representan para el paciente un obstáculo de interrelación social, por ello, los afectados pueden ser presa fácil de esos vendedores de esperanzas consiguiendo de los pacientes una retribución económica limpia sin que éste pueda ver disminuida su longevidad aunque sí su calidad de vida desde el punto de vista psicológico y social.
Enfermedades de la piel como el Vitíligo, cuyo origen aún no esta totalmente claro, permiten la especulación y que cualquier “científico” no experimentado pueda, basándose solo en hipótesis, construir una plataforma que pudiera lucir lógica, pero que no ha sido probada, y creer en su teoría como si tuviera la solución real del problema o, lo que es peor, sabiendo que no tiene una verdad irrefutable, la difunde tratando de explotarla desde el punto de vista económico.
A lo anterior hay que agregar algunos de los factores que propician la intromisión y el lucro:
- Un porcentaje de los pacientes responden favorablemente en forma espontánea.
- Como toda afección que afecta las interrelaciones sociales el que la sufre desea aferrarse a cualquier tabla de salvación
- Desde el punto de vista aparente se asemeja a una enfermedad contagiosa llamada Carate o Carare, y produce una confusión que genera reserva.
- Debido a que probablemente su aparición se deba a cambios inmunológicos que pueden ser inducidos a través de neurotransmisores a través de la psiquis, los pacientes pueden ser manejados con moduladores psíquicos como es la fé.
- Por otra parte la despigmentación de la piel es francamente más visible en personas de color que en otras de tez muy blanca por lo que son más populares las supuestas “curas” en nuestras regiones donde hay más mestizaje, mientras que en otras latitudes se producen más las pócimas milagrosas para la caída del cabello o la Psoriasis.
La cantidad de supuestas soluciones curativas para el Vitiligo y para muchas otras enfermedades sin una buena plataforma científica fundamentó el gran salto que la Medicina dio a comienzos del siglo XX, cuando se abandonó todo lo que era anecdótico, comenzando a usar el método científico como indispensable para realizar una buena medicina.
Es así como la Medicina se encuentra día a día con multitud de interrogantes a los cuales debe encontrar respuesta. Hasta hace pocos años la solución era hacer uso de la experiencia y del conocimiento médico acumulado, bien sea de forma personal o intercambiando opiniones con otro colega. En el caso de que ello no hubiera sido suficiente, nos remitíamos a libros de texto o a revisiones bibliográficas.
Sin embargo, esta aproximación clásica a la verdad, tiene algunos aspectos que la hacen no totalmente fiable ya que al generalizar a partir de la experiencia no sistematizada, propia o ajena, obtenida con un número limitado de casos, puede resultar peligrosa y frecuentemente inducir a error. La comprobación de la existencia de variaciones inaceptables en la práctica médica y que sólo una minoría de las intervenciones médicas de uso diario estaban apoyadas en estudios científicos fiables, llevó a un grupo de médicos radicados en la Universidad de McMaster a iniciar un nuevo movimiento dentro de la enseñanza y práctica de la Medicina, que denominaron "Medicina basada en la evidencia".
Aunque el concepto o idea no es nuevo, este acontecimiento surge ligado a la introducción de la estadística y el método epidemiológico en la práctica médica, el desarrollo de herramientas que permiten la revisión sistemática de la bibliografía y la adopción de la evaluación crítica de la literatura científica como forma de graduar su utilidad y validez.
La idea ante una noticia que puede ser halagadora a nuestros pacientes con vitiligo que buscan soluciones es ofrecerles realidades, como aquel famoso comienzo de Charles Dickens en “Tiempos difíciles”…
“ – Pues bien, lo que yo quiero son realidades. No les enseñéis a estos muchachos y muchachas otra cosa que realidades. En la vida solo son necesarias las realidades. No plantéis otra cosa y arrancad de raíz todo lo demás….”
Este escrito aspira a que nuestros pacientes con Vitiligo y los medios de difusión comprendan que la Medicina apoyada por rigurosos procedimientos es la única capaz de ofrecer una solución real a su problema, así como advertirlos de los científicos y médicos que “venden su alma al diablo” solo en busca de fama y dinero, por lo que no merecen llamarse científicos ni médicos.
Los Editores